El sector minero en Colombia es un apoyo fuerte y estructural de la economía del país que ha logrado, desde antes de la liberación del comercio exterior (1991), uno de los pilares económicos que demuestran la dinámica de las economías regionales tales como Antioquia y Valle del Cauca, principalmente.
De acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística – DANE, las exportaciones de oro alcanzan el cuarto puesto en las exportaciones FOB a julio de 2020, con un total exportado FOB de USD778.701.000 participante del 7,2 % de las exportaciones de comparativas de enero a julio de 2019 y 2020 que conlleva a una aliciente constante y creciente. Sin embargo, las cifras alentadoras y positivas que se muestran anteriormente, no lo son para el sector bancario que, a pesar de los esfuerzos del sector privado y las directrices del Gobierno Nacional, se cuenta con el difícil acceso a la bancarización con persistentes negativas al acceso para el sector pese al principio empresarial de garantizar la prevención del lavado de activos y financiación del terrorismo y, por otro lado, el derecho por las personas naturales y jurídicas de obtener una cuenta bancaria.
Consecuentemente, las condiciones actuales del empresariado colombiano, específicamente el sector minero muestra gran oportunidad y ejecución de una minería consiente, sostenible y responsable social y ambientalmente, como bien lo hace la empresa ORANGE TECH S.A.S BIC. La segmentación al sector de metales preciosos se da por desconocimiento del funcionamiento de este, también, en los puntos de riesgo cruciales; sin aceptar a las empresas, niegan la acreditación y creación de cuentas bancarias como mitigación del riesgo y no conceden la oportunidad, ni siquiera, de conocer los sistemas de cumplimiento, cuál y cómo es la operación de exploración, explotación y comercialización del mineral, siendo el oro el principal soporte para el sector bancario desde el primer momento.
Finalmente, de acuerdo con la trazabilidad para la exportación del mineral, la banca es fundamental para la ejecución de las operaciones. Es el problema actual más grande y, a su vez, la solución radica en incursionar en el sector minero que le da vida a su operación, y su contribución será la apertura del entorno generando empleo, garantizando la trazabilidad e irrigación de pagos electrónicos, conocimiento sobre uno de los sectores más importantes de la economía nacional y aportando aún más a la educación e inclusión financiera. El llamado a las entidades financieras es ansioso y urgente. El llamado es a contribuir no documental ni públicamente sobre la bancarización, sino a ejecutar, con hechos claros, la inclusión financiera sin preferencias, sin desconfianza, sin negativas. El llamado final es a obtener equilibrio en lo que se habla desde los representantes de las entidades financieras de Colombia y hechos realizados y demostrables.